En 2018, no te compares.

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Diciembre: Último mes de año. El mes de las promesas.

Tantas cosas pasan durante los 12 meses que es imposible no llegar a este momento del año con algunas reflexiones, con nuevas motivaciones y con decisiones que esperamos que generen un cambio en el año que se viene.

Es por eso que quiero hablar sobre lo que más trabajo me llevó en el año: estar en paz conmigo misma. Siempre fui muy controladora y  exigente, a veces siento que mi cabeza no para ni antes de dormir y eso me agotó en diversos momentos.
Queriendo o no, esto es parte de esa «presión social» de tener que ser excelentes siempre, sin derecho a equivocarnos y que debemos avanzar rápido en la vida. Constantemente somos bombardeados por las redes sociales de que todos tienen una «vida perfecta» y sé que mucha gente que me rodea se frustra todos los días porque comparan sus vidas con la de otras personas, sienten que no están haciendo lo suficiente o que nunca van a alcanzar lo que desean.

¡Y que importante es que en estos momentos tengamos los pies firmes al suelo para poder aferrarnos a lo que somos! Para no perdernos, para que el mundo no nos desconcierte con tanto ruido.
Conocernos es esencial para saber a dónde queremos llegar, pero sobre todo: HASTA DÓNDE PODEMOS. Para no sentirnos mal al mirar lo que el vecino está haciendo y cuánto está logrando, porque al conocernos, entendemos que cada uno tiene su ritmo, su tiempo.

Es necesario aprender a quemar etapas. Ir en pasos cortos, que no cansen, para no decaer por el camino. ¿Te equivocaste? No es el fin del mundo, es sólo una pequeña parte del proceso. No te olvides que de toda mala situación, siempre podes sacar cosas buenas y aprender.

Y en cada acierto, celebrá. No importa que tan pequeño sea, celebrá. Una calificación, un viaje de fin de semana, una cena con amigos, una enfermedad vencida, un nuevo trabajo, un encuentro inesperado, un cambio de look, las flores del tajy, la mini huerta de tu patio, ¡hay tanto para celebrar!. Disfruta de esos momentos, registralos o anotá. Sólo así, en momentos de desanimo, vas a darte cuenta de que siempre esgtuviste en el camino correcto y entonces, el próximo año, en este mismo periodo, vas a poder ver que juntando esos «pequeños» logros, llegaste más lejos de lo que te imaginabas.

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Quería compartir esto para motivarte a encarar cada situación de la mejor manera posible y que la conviertas en una oportunidad, que no te presiones y que ¡no te compares con nadie!

Muchísimas gracias por haberme acompañado durante este año. Por haber celebrado conmigo cada logro, cada momento que viví y que compartí contigo.

¡Espero que 2018 sea un año lindo para vos! Que te rodees de gente maravillosa, que puedas superar todos los desafíos que se te crucen y que disfrutes de cada paso.

¡Nos vemos el próximo año por acá y con muchas sorpresas!

Con cariño,
Adri Ayala.

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