Una escapada a São Paulo en pleno agosto y antes de adentrarme a esta ciudad gigante, fui hacia el litoral norte del estado para conocer a la isla que hace honor a su nombre: Ilhabela.
La isla pertenece al municipio de São Sebastião que está a unos 210 km de São Paulo. Para llegar hasta ahí, tomé un bus de la empresa Litoranea que salía del Aeropuerto de Guarulhos. Llegué en 4 horas y para ingresar a la isla, el único medio disponible es la balsa, que es gratuita para los peatones.
Con 42 playas, 365 cascadas (una para cada día del año 😱), montañas y una amplia variedad de opciones gastronómicas y hoteleras que hacen que Ilhabela sea un destino imperdible y que se adapta a todos los bolsillos. La isla también es reconocida por ser parada de los cruceros y como la Capital Internacional de la Vela.
Claramente, no pude conocer todas sus playas pero quiero compartir las que visité porque las disfruté mucho a pesar de los días nublados que me tocaron.
Praia do Julião
Según los guías de Ilhabela, es una de las playas más tranquilas. Es pequeña y su acceso es a través de un angosto callejón cubierto de plantas. Su arena es fina y blanca. Su costa está rodeada de piedras sumergidas que forman pequeñas piscinas naturales donde se puede hacer snorkel para ver los pescados.
Praia Grande
Esta es una de las playas con la orla más extensa de la isla y es la que recibe mayor cantidad de turistas, por ende tiene buena estructura de locales gastronómicos, duchas y estacionamiento.
La arena de esta playa es más gruesa y amarilla. De olas fuertes y mar agitado, ves a mucha gente practicando deportes acuáticos como stand up paddle y kayak.
Praia Pedras Miudas & Ilha das Cabras
La costa es la playa de Das Pedras Miúdas y la isla de las Cabras, es un islote que está a unos 300 metros de la costa. Famosa por su agua cristalina, es la favorita para hacer buceo y snorkel. Por 15 reales, nos paseamos alrededor del islote que se encuentra ahí e hicimos snorkel para ver los pescados y estrellas de mar. ¡Fue el día más lindo en la isla!
Cachoeira Tobogã – Parque Estadual de Ilhabela
Intentamos con una amiga hacer el senderismo de 4 horas hasta la playa de Bonete y no lo logramos. En cambio, entramos al parque estadual de Ilhabela y conocimos la Cachoeira (cascada) Toboga. Agua cristalina y helada por las piedras, que aplacó el intenso calor del día.
Dos cuidados especiales al ingresar a las cascadas que están en el parque:
- Todos los accesos siempre son empinados y con el suelo resbaloso por la humedad, hay que ir con un calzado adecuado como un champion o bota de trekking.
- Otro cuidado esencial hay que tener con los «borrachudos», que son un tipo de mosquito que hay en la isla y principalmente en áreas con mucha vegetación. Lo único que los retiene es el repelente que se compra en la isla, que es hecho con citronella y aceite.
Praia de Castelhanos
Atravesando la espesa vegetación del Parque Estadual de Ilhabela se encuentra la playa de Castelhanos, una de las más hermosas de la isla y con la vista más famosa: la costa de la playa que forma un corazón.
Son 11 Km. desde la Vila hasta la entrada del Parque. De ahí, hay un trayecto de 15 Km. hasta llegar a la playa. Para ingresar, sólo es posible hacerlo con vehículos 4×4, motos y los más valientes pueden hacerlo en bicicleta o a pie. Contraté un tour de ida/vuelta en jeep, que costó 100 reales. Este es el precio base que todas las agencias tienen para ir a Castelhanos.
Ese día estuvo nublado y con garúa durante todo el día, pero no me arrepiento para nada! Disfruté del día y de la vista en un restaurante que estaba frente al mar.
Observación final: agosto es uno de los meses con menos lluvia durante la temporada baja. En días de sol, la temperatura puede llegar a 30° C, se disfruta del agua y no hay tantos turistas. Por ende, los precios de los alojamientos y restaurantes también bajan.
¡Espero que te haya gustado! Y si tenés otro consejo o comentario para sumar a este destino, contame en los comentarios 😀
Un comentario en «Ilhabela, un paraíso en São Paulo»