São Paulo fue una experiencia única, amé cada rincón y volvería siempre, porque es una ciudad que no para de sorprenderte con nuevas cosas. Estando en Ilhabela, me hice amiga de una pareja genial de holandeses que también se iban…
São Paulo fue una experiencia única, amé cada rincón y volvería siempre, porque es una ciudad que no para de sorprenderte con nuevas cosas. Estando en Ilhabela, me hice amiga de una pareja genial de holandeses que también se iban…