Si existe algo que me pasé postergando en los últimos dos años es viajar. Diciendo que no me animaba a ir sola, falta de tiempo, dinero, no sabía cómo planear y así, hasta que acepté que me estaba inventando excusas.
A qué se debe esto? Desde el 2014, cuando empecé a dividir mi tiempo entre trabajo, facultad y blog (diría hasta que en ese orden se divide todavía mi tiempo) mis días cambiaron, y mucho. Necesitaba un descanso, de un escape.
Es ahí, que por impulso y en broma, mi amiga y compañera de trabajo Anto (sé que ella va leer esto y se va hallar porque le doy el crédito) me etiquetó en una publicación del instagram para viajar a Bonito, Brasil. Con ese mismo impulso, le dije «vamos», nos organizamos y en menos de un mes, nos fuimos.
Un viaje breve, de 4 días y 3 noches. Muy compensador y me dejó con ganas de volver a este lugar, que su nombre ya avisa lo maravilloso que es. La ciudad de Bonito, estado de Mato Grosso do Sul, está a aproximadamente unos 274km de Pedro Juan Caballero (Amambay) y es una ciudad muy visitada por los paraguayos principalmente durante nuestros feriados nacionales.
Para mí, lo emocionante de viajar y volver, es compartir esa experiencia (obviamente con alguien que quiera escuchar o leer).
Primer día: llegamos y nos instalamos en el hotel. Salimos a almorzar y de ahí nos fuimos al «Eco Parque-Museo Cultural» que queda a unos 3,5km del centro de la ciudad. Algo para tener en cuenta, prácticamente los ingresos a todos los lugares turísticos de la ciudad tienen costo. Vale la pena investigar para saber cuánto de $ llevar.
El parque, tenía un costo de 45 reales que incluía: la visita al museo de objetos antiguos, el senderismo conocido como la «Trilha do Mirante» y el ingreso a la «Gruta Sao Matheus». Estos dos últimos, fueron lo más agotador y emocionante. Cuanto más subíamos durante el sendero, la vista era hermosa.
Es una experiencia increíble, ver las formaciones de esas rocas durante miles de años. ¡SUPER RECOMIENDO!
Otras grutas para visitar en Bonito: Lago Azul y São Miguel.
Segundo día: durante el día visitamos el «Recanto das Sereias». Entrada: 40 reales.
Este espacio cuenta con dos restaurantes, uno de fast food y el otro con buffet y pedidos a la carta; mesas de pin pong, ajedrez en tamaño real, tirolesa y también podés alimentar a los peces.
Por la noche nos fuimos a conocer «Taboa Bar», que es uno de los lugares más recomendados. Lo diferente de este bar, es que las paredes se encuentran escritas y firmadas por los turistas desde la mesa hasta el techo. Es una tradición que comenzó con los amigos de la dueña quienes empezaron a dejar mensajes de apoyo por la mesa de la caja.
El bar tiene su propia producción artesanal de «chacaça» (caña brasileña) y se puede comprar, genial para regalar. Siempre tiene música en vivo, lo que genera un ambiente muy divertido. Vale muchísimo la visita, muy buena atención y la comida 😛
OBS: cobran 5 reales por persona, a parte de lo que consumido por la presentación artística.
Tercer dia: el último, pasamos el día en Praia da Figueira que está ubicada a 16km del centro de Bonito. Un hermoso lugar, muy tranquilo. Cuenta con bar, restaurant y una serie de actividades a tu elección como tirolesa, buceo, fluctuación sobre el río, kayak, cancha de volley y más.
Antes de viajar, entramos en acuerdo con Anto que ibamos a bucear, entonces estábamos muuuy ansiosas. Pagamos 150 reales por 20 minutos, que al final terminaron siendo 40 porque tardé bastante en aprender a controlar mi respiración y a perder el miedo, hehe. Durante el buceo vimos un barco que se encuentra bajo el agua. Fue una experiencia increíble, el instructor era excelente y nos tuvo la paciencia del mundo.
Por la noche, recorrimos el centro, compramos regalos y comimos en el «Pastel Bonito». Les prometo que fue el mejor pastel (es como una empanada, pero la masa es como la de hojaldre) de tilapia que comí.
WOW, quedó mega largo este post pero espero que no se cansen y lleguen hasta acá jaja <3 Fue un viaje breve pero de mucho valor para mí. Cualquier pregunta que tengan sobre éste destino, voy a responder con mucho gusto.
¡Hasta la próxima!